Despertó. En su mente habían vagas imagenes de una noche de alcohol, luego, apagadas, las mismas imagenes. Recordaba una pelea, tal vez con su novia.
Aunque se amaban, a menudo peleaban, y él siempre bebía para olvidarlas.
Trató de levantarse, y sintió cómo si la vida se escapara por su nuca. Llevó su mano atrás de su cabeza y palpó un liquido espeso. Sangre.
Con terror, volvió a la suavidad de la cama, gracias a la gravedad del dolor y el mareo. Allí, trató nuevamente de recordar.
Al...
Ahora podía verse a sí mismo en la puerta, ebrio. Abre con cuidado. Al, su hermano, estaba alli, en un momento en que no debía estar.
-Hola
-¿Qué haces aquí?
-Estaba por aquí cerca y pensé en verte.
-Si... si vienes a fastidiar es mejor que te vayas...
-¿Bebiste otra vez? -Al lo miró con preocupación, y con una insinuación de ironía-.
-No... bueno... si, un poco...
Al entró poco a poco, quebrando cada intento de su hermano por hacer que se fuera. A fin de cuentas, siempre había logrado hacer que su hermano se obedeciera.
Desde pequeños siempre habían competido. Quien era el mejor, quien tenía la atención de mamá y el apoyo de papá. Siempre querían saber cuál de los dos era mejor.
-Estás sólo, supongo.
-¿Crees que alguien querría venir?
-No... es que... pensé que habías dicho que estarías con Angela.
-Ella se fue hace rato, ahora estoy solo.
-Beber no resuelve nada.
¿Quién te crees? Si no te gusta vete.
Al fue hacia al sofá y se sentó allí, encendió la televisión y espero a que su hermano se sentara. Silence tomó otra botella de cerveza y fue con su hermano.
Te odio
Era verdad, Silence odiaba a Al. Al siempre ganó en todo.
-Si quieres me voy -empezó Al-, si quieres voy a casa. Pero si lo hago, entonces ¿a quien tendrás?
Siempre, siempre le había ganado...
-Vete. No me interesa tenerte aquí.
-Si eso es lo que quieres, aunq--
-¡Te dije que te fueras! -dijo Silence levantándose-
Silence agarró a su hermano y lo empujó hacia la puerta. La abrió y le gritó a Al que se largara.
-¡Aún me necesitas!
Silence estalló. Tomó a sú hermano y lo devolvió al apartamento, con fuerza. Al terminó en el piso.
Te odio... te odio... te odio...
Silence pateó a Al, lo hizo y lo siguió haciendo, Al le pedía que parara, pero el odio podía más. Silence dejo de golpearlo y se lanzó sobre él. Sus manos estaban rojas.
Te odio
Al aún estaba consiente. Se hizo con todas sus fuerzas y empujó a Silence con sus piernas. Se levantó con dificultad y buscó la botella de cerveza que su hermano había estado bebiendo.
Te odio
Silence vió a su hermano desafiándolo, apuntando con una botella a su rostro. Quería verlo muerto.
Silence se abalanzó sobre Al y este lo esquivó rodeándolo. Lo golpeó con todas sus fuerzas en la nuca...
Despertó con un gran dolor en la nuca, en su lado izquierdo.
Te odio... te odio...
Silence necesitaba a Al...
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