miércoles, 21 de enero de 2009

Cuervos


 Aquel lúgubre escenario donde me dijiste las palabras agradables, amargas y retraídas. Sube, incluso más abajo de la menta... dulce y gris.

 Distante, mucho más allá de los árboles secos, veo tus manos partidas acariciando las noches frías (frenético deseo), sólo para encontrar algo de nieve.

 Mira y escucha otra vez las hojas caer de nuestro destino cristalizado... ya en primavera estarás muerto, quizás tanto como las grullas perdidas.

 Así es cómo osamos vivir el día a día, rodeando los espejos azules, perdidos en un rojo turbulento. Será entre las sábanas que tu nombre me dirá el secreto de los cuervos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario