Pierde tu voz y escapa.
Si tan sólo supieras, lo que ya sabes y comentas, lo que el tiempo hizo mierda, lo que hubiera deseado, lo que me despierta.
Noches y noches y más barcos zarpan con tu nombre, y me olvidaste en la orilla, mentiras, mentiras.
¿No sabes quién soy? nombres, abejas y espinas, me olvidaste en la orilla. Quería vivir el calor de una vela, quemaste mi casa con tu hoguera, y te llevaste las cartas desnudas, me perdiste cómo un lobo, a su luna.
Estuve sólo y en soledad, lo merecía, es verdad. Haber amado tú melodía, sin escuchar las notas, mi dol re do, y las canciones que escribimos juntos, eran tan falsas cómo mi nombre.
Y me odio, ¿cómo no hacerlo? destruí aquel mundo de fantasía y deseo, donde jugamos sin mirar, prendimos fuego al lugar.
Quema, cicatriza lentamente, la herida en un corazón caliente. ¿Olvidas qué antes era hielo? ahora incinerado ha quedado, este músculo latente.
MENTÍ, MENTÍ y lo sé, lo hice por miedo, por placer o no sé por qué. Ahora estoy vacío. Mis engaños han molido el tiempo y busco un reflejo adverso, de un cariño que no me basta, de masoquismo que me hace gritar BASTA!
No conozco nada, ni la ira, o si la siento, deja me mentir, BASTA. Eres lo que más odio, te odio por desaparecer de mi vida, por dejarme descaradamente en la maldita orilla.
Conozco la tristeza, y lloro por las noches al pensar en tus venas. Y la culpa me corta, amputa mis dedos, ahora escribo sólo con mi deseo...
Te extraño, VETE, vuelve y abandóname. Máldita orilla solitaria, maldita soledad en la vida.
Patético, otra vez te lo recuerdo, soy escoria.
Odiame, es lo más sano, ya que amarme te ha resultado en vano.
Pero no me olvides, no otra vez, en esta orilla...
No quiero estar vacío... Luna roja...
Aullo a un cielo sin luna...
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